El ángel del destino.
Suaves líneas contornean su rostro demarcando su feminidad..
Sus alas muy grandes reposan sobre los omóplatos.
Y su rostro refleja luz celestial. Hay en sus ojos luz divina fuente de la esencia turquesa de Dios.
Miran al cielo y al posar su mirada en la tierra, iluminan piedad.
Al llamarla de los jardines de ensueño , donde la vida comienza al terminar éste
las almas aladas, con alas refulgientes del dorado más puro de sol, clamando su nombre al llamarla:
- Piedad, que al dejar las gotas puras divinas de tus ojos al refulgir de luz, marcando así puntos con huellas el tiempo terreno, dinos Piedad, cuanto más estarás allí?
Piedad alzó su ojos al cielo.